Consagrados en pobreza, castidad y obediencia, entregamos toda la vida y fuerzas al servicio del plan de Dios, viviendo en comunidad, integrando la oración y la acción con un fuerte deseo de transformar el mundo para Cristo mediante el trabajo incansable e incondicional.
Hacemos propia y en totalidad la misión, vivencia y carisma del Regnum Christi, proyectándolo en todo nuestro actuar, acompañando a otros miembros del Regnum Christi en el camino hacia la plenitud de la vocación cristiana.
Encontramos la fuerza de nuestra acción en Cristo, particularmente en la Eucaristía, con un profundo deseo de experimentarlo y dejarnos transformar por Él. Correspondiendo a su gracia, buscamos ser sus testigos en el mundo.
Nos formamos profesionalmente para profundizar y penetrar las realidades temporales, ayudando a descubrir en ellas a Dios, actuando como la levadura en la masa y estableciendo puentes entre el mundo y Dios.