Espiritualidad
Hemos sido llamados por Cristo para estar con Él y extender su Reino con alma ardiente de apóstol
Las tres dimensiones que constituyen nuestra vocación (el ser laicos, consagrados y pertenecer al Regnum Christi) determinan nuestra forma de seguir e identificarnos con Cristo, consagrado al Padre y apóstol suyo en el mundo secular, anunciando el Reino con la palabra, el trabajo y la ofrenda de la propia vida.
Vivimos el espíritu del Regnum Christi
Desde nuestra vocación de laicos consagrados
Vida espiritual
La motivación de cultivar una sólida vida interior tiene como objetivo la configuración con Cristo. Nuestra vida espiritual consiste en cultivar la amistad con Él. La vida espiritual no se reduce o agota en el cumplimiento de una serie de prácticas de piedad.
Por ello, proponemos y buscamos una espiritualidad que es a la vez contemplativa y evangelizadora, fundado en el amor a Cristo, a María, a los hombres, a la Iglesia y al Regnum Christi.
Colaborando con la acción del Espíritu Santo
Buscamos cultivar una vida teologal
Contemplativos y evangelizadores
- Contemplativos, porque buscamos ser hombres de vida interior, amantes de la oración, del silencio y de la reflexión, para así dar prioridad a la acción de Dios en la propia santificación y en el apostolado;
- Evangelizadores, porque la experiencia del amor de Cristo, quien nos llama a compartir su misión, genera un anhelo ardiente por corresponder decididamente como apóstoles apasionados del Señor.
- Como laicos consagrados, apóstoles en el mundo secular, es necesario aprender a armonizar los medios de crecimiento espiritual con los compromisos apostólicos, el estudio, el necesario descanso y demás dimensiones de la vida.
Vivimos el espíritu del Regnum Christi
Desde nuestra vocación de laicos consagrados
Virtudes espirituales
El seguimiento de Cristo es animado y sostenido por la acción del Espíritu Santo. Cultivamos las virtudes teologales viviendo de manera especial la caridad evangélica. Así mismo, vivimos la comunión con Dios y con nuestros hermanos enraizados en la Eucaristía y con una especial conciencia del tiempo como don recibido, haciendo presente aquí y ahora el Reino de Cristo entre los hombres. Otras virtudes que constituyen parte esencial de nuestra espiritualidad son la humildad, la sinceridad y las virtudes humanas y sociales.
Nuestro patrono es San Pablo, modelo de configuración con Cristo y apóstol apasionado de la evangelización. Nos acogemos a la protección materna e intercesión de la Virgen María.
“Los miembros de la Sociedad viven el espíritu del Regnum Christi desde su vocación de laicos consagrados. Toman por criterio, centro y modelo a Jesucristo. Viven el misterio de Cristo, consagrado al Padre y cercano a sus hermanos los hombres, como uno más de su Pueblo, anunciándoles el Reino con su palabra y la ofrenda de su vida.” CLCRC 10