Laicos Consagrados del Regnum Christi

Nuestra
Identidad

Somos hombres que hemos respondido a un llamado de entrega total a Dios en el Regnum Christi y que luchamos por irradiar a Cristo, insertos en el mundo para hacerlo un lugar de encuentro con Dios.

Respuesta en totalidad al llamado de Dios

Consagrados en pobreza, castidad y obediencia, entregamos toda la vida y fuerzas al servicio del plan de Dios, viviendo en comunidad, integrando la oración y la acción con un fuerte deseo de transformar el mundo para Cristo mediante el trabajo incansable e incondicional.

En el
Regnum Christi

Hacemos propia y en totalidad la misión, vivencia y carisma del Regnum Christi, proyectándolo en todo nuestro actuar, acompañando a otros miembros del Regnum Christi en el camino hacia la plenitud de la vocación cristiana.

Irradiando
a Cristo

Encontramos la fuerza de nuestra acción en Cristo, particularmente en la Eucaristía, con un profundo deseo de experimentarlo y dejarnos transformar por Él. Correspondiendo a su gracia, buscamos ser sus testigos en el mundo.

Insertos en el mundo para hacerlo un lugar de encuentro con Dios.

Nos formamos profesionalmente para profundizar y penetrar las realidades temporales, ayudando a descubrir en ellas a Dios, actuando como la levadura en la masa y estableciendo puentes entre el mundo y Dios.

ACERCA DE NOSOTROS

Identidad

Para entender nuestra identidad, es necesario entender las tres dimensiones que constituyen nuestra vocación (el ser laicos, consagrados y pertenecer al Regnum Christi).

 

 

Laico

Lo específico de una vocación laical es colaborar con Dios en la redención de las realidades temporales, es decir, hacer que todas las cosas sean liberadas de las raíces del pecado y del egoísmo y que todas ellas lleguen a ser un lugar de encuentro con Dios: el trabajo, la familia, el descanso, la comunicación, la economía, la política, la salud, la educación, la ecología, el arte, etc. Que todo esto sea ordenado conforme al Evangelio, esto es lo que el laico entiende por evangelización. Esto es el carácter secular del laico; dedicado a las cosas temporales.

El laico consagrado tiene la misión de mostrar el sentido último de todas las cosas para que lleven al hombre a su plenitud y le facilitan el encuentro con Dios.

Regnum Christi

La vocación del laico consagrado surge y se identifica profundamente con la familia espiritual del Regnum Christi, un carisma suscitado por Dios para que muchos cristianos puedan vivir su vocación a la santidad colaborando con su misión que busca hacer presente el misterio de Cristo que sale al encuentro de las personas, les revela el amor de su corazón, las reúne y forma como apóstoles, líderes cristianos, las envía y acompaña para que colaboren en la evangelización de los hombres y de la sociedad.

Por lo tanto, se identifica con su espiritualidad y carisma apostólico, aportando su consagración laical a la misión, vida y desarrollo del Regnum Christi y sus obras.

 

Consagrado

Dios ha querido suscitar en el Regnum Christi vocaciones de consagración. A diferencia del resto de los miembros laicos del Regnum Christi, el laico consagrado emite votos de pobreza, castidad y obediencia, llevando vida fraterna en comunidad. Por su consagración, entrega su vida en totalidad a Cristo y con absoluta disponibilidad para la misión del Regnum Christi, dando testimonio profético del Reino de Cristo con la vivencia de los consejos evangélicos en forma de votos privados.

Con el voto de pobreza, anuncia a los demás el verdadero sentido que tiene el dinero y las posesiones, liberándolo de toda idolatría, materialismo y avaricia.

Con el voto de obediencia, anuncia a los demás el verdadero sentido que tiene la autoridad y el servicio, ya que nos ayudan a actuar con libertad ante la tentación de buscar sólo la realización de la propia voluntad

Con el voto de castidad, da testimonio del verdadero sentido que tiene la sexualidad y el amor, liberándose de la idolatría del sexo y de la tentación de usar a las demás personas para el propio beneficio. Con la gracia de Dios muestran la vocación que tiene el hombre de amar como Dios ama y de ver a cada persona como Dios la ve.

La naturaleza de un Laico

El laico consagrado busca mostrar su amor a Dios realizando profesionalmente su apostolado, buscando perfeccionarse continuamente para darse a los demás de la mejor manera posible, cuidando la calidad de su trabajo, su servicio, actuando con responsabilidad y competencia profesional ahí donde realiza su misión apostólica.

Igualmente, al identificarse con Cristo como uno más de su Pueblo y cercano a sus hermanos los hombres, el laico consagrado se siente llamado a desarrollar un verdadero sentido de cercanía con cada persona en su realidad temporal, está llamado a saber hacerse prójimo con toda persona. Para el laico consagrado ninguna realidad humana le es ajena. Al igual que Cristo, se hace solidario con todos los hombres, asume la ley universal del trabajo y se somete a todas las exigencias de la vida de un seglar, para acompañar desde esta realidad a sus hermanos los hombres.

La común dignidad bautismal asume en el fiel laico una modalidad que lo distingue, sin separarlo, del presbítero, del religioso y de la religiosa. El Concilio Vaticano II ha señalado esta modalidad en la índole secular: «El carácter secular es propio y peculiar de los laicos».

«El carácter secular debe ser entendido a la luz del acto creador y redentor de Dios, que ha confiado el mundo a los hombres y a las mujeres, para que participen en la obra de la creación, la liberen del influjo del pecado y se santifiquen en el matrimonio o en el celibato, en la familia, en la profesión y en las diversas actividades sociales».

Christifideles laici 15

Vida comunitaria

Como todos los miembros del Regnum Christi, el laico consagrado valora y vive el espíritu de vida de equipo, viviendo la vida fraterna en comunidad, dando con ello testimonio del llamado a vivir en comunión como vivió Cristo con sus apóstoles y como se vive en la comunión de los santos, aprendiendo a descubrir en cada uno el rostro de Dios, amándolos como Dios los ama y viviendo el espíritu de comunión trinitaria, en un constante dar y recibir. De esta manera, las comunidades de laicos consagrados están llamadas a hacer presente en el mundo esta manera de amar de Dios en unión y comunión.

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