Laicos Consagrados del Regnum Christi

La experiencia de Ignacio Vivar en Brasilia como director local y director de jóvenes

LLAMADO DE UN CONSAGRADO A SER PUENTE Y SIGNO DE COMUNIÓN ENTRE LAS RAMAS Y LOS LAICOS DEL REGNUM CHRISTI 

El número 5 de los Estatutos de la Federación Regnum Christi señala que: “Los miembros consagrados del Regnum Christi aportan […] la promoción de la comunión fraterna entre todos”. La comunión es un don de Dios (n.96 de las Constituciones de los laicos consagrados del Regnum Christi, en adelante CLCRC) que todos los laicos consagrados piden al Espíritu Santo como parte de su vocación. Así lo expresa el número 25 de sus Constituciones, que lo eleva a un grado de promesa propia: “[…] vivir el espíritu de comunión en la familia del Regnum Christi, testimoniando la caridad de palabra y de obra con quienes viven y trabajan a su lado”. No se trata sólo de hablar bien de los demás, se trata de ser testimonios de esta caridad de palabra y de obra; se trata de promover la “comunión fraterna entre todos”. Testimoniar y promover.  

 

Cuando uno desempeña un trabajo como director local y como director de un departamento de formación en un territorio como Brasil, se encuentra permanentemente con diversos puntos de vista sobre diversos temas o sobre la forma de abordarlos. Esto puede crear conflictos por falta de entendimiento. La mayoría de las veces se consiguen superar esos conflictos siendo conscientes de que todos tenemos una misma misión y que todos queremos “hacer presente el reino de Cristo”. El laico consagrado, debido a su condición de 100% laico (“cercano a los hombres, como uno más de su Pueblo”), 100% consagrado (consagrado al Padre) y 100% del Regnum Christi (vive el misterio de Cristo), participa, en mayor o menor grado, de muchas de esas circunstancias, entendiendo mejor las diversas realidades humanas, lo que permite establecer un diálogo con el mundo y entre las diversas realidades del Regnum Christi 

Existe actualmente un gran desafío para hacer dialogar el ámbito sagrado con el mundo y, principalmente, las diversas realidades que componen la Federación Regnum Christi entre sí, aunque no en todas las ciudades o países de la misma forma. Me voy a enfocar en este último punto, pues es un aspecto importante del puesto de director local, el diálogo entre las ramas, obras comunes y laicos; ellos entre sí dentro de una localidad.  

 

En los últimos años, el Regnum Christi ha pasado por un periodo de renovación profunda y por un proceso de entendimiento de la propia identidad a la luz de su misión. Tanto los laicos, como los legionarios de Cristo, los laicos consagrados y consagradas, han tenido adaptaciones en el gobierno y en la forma de entender su relación con la misión general del Regnum Christi y con las diversas ramas. La forma de concebir el gobierno se ha renovado con el concepto de colegialidad y se ha iluminado con el concepto de federación y de “familia carismática con y cuerpo apostólico”. Esto ha exigido adaptación, apertura, flexibilidad para aplicar nuestro carisma sin perder lo esencial. Encontrar el equilibrio entre lo tradicional, “lo de siempre” y “los nuevos estatutos, las nuevas constituciones”; no colocar vino nuevo en odres viejos. 

 

Creo que el laico consagrado, director local, por su amor al Regnum Christi, por su amor a Cristo y por su promesa de comunión en la familia RC, puede aportar algo a esta realidad que vivimos ahora. ¿Cómo? 

 

Impulsando la misión común dentro de la propia misión de director local con la ayuda de un consejo local, aprobando los consejeros de cada sección, teniendo reuniones de la localidad periódicas, fomentando la sinergia entre los apostolados y ayudando a sus proyectos, creando comisiones entre las secciones para cubrir los eventos del RC de una localidad, organizando jornadas de formadores de la localidad y cuidando con esmero la participación de todos dentro de las actividades propias del RC en una localidad: Cristo Rey, Sagrado Corazón, Mega misiones, etc. 

Muchos venimos de secciones del Regnum Christi y hemos tenido la gracia de vivir el carisma del RC desde adolescentes y desde jóvenes. Es un don que tenemos que compartir, sobre todo con aquellos que comienzan su periodo de apostolado como auxiliares de sección, o que tienen la responsabilidad de capellanes, directores de sección o directores de apostolado. ¿Cómo? Como director local acompañando a cada uno conforme necesite. Creo que tenemos una gran responsabilidad cuando se trata de involucrar a los laicos en las estructuras de gobierno, consejo o dirección de apostolados u obras apostólicas.  

 

Otro campo donde creo que un laico consagrado (que vive en una comunidad de legionarios), tiene un papel importante, sería el de descubrir y respetar la especificidad de cada vocación (laico, legionario, consagrada y laico consagrado), de acuerdo con un estilo de vida aprobados por nuestras constituciones y estatutos, pero con una misma espiritualidad y una misma misión. Se trata de entender el llamado y misión de cada uno, cargando sus cruces y heridas (Gal 6,2) y enriqueciéndonos con la complementariedad. 

Si bien los legionarios, laicos consagrados y consagradas aportan algo específico, los fieles asociados, como bien menciona el número 5 de los estatutos de la Federación, contribuyen “con su índole secular y su acción apostólica […] y prolongan la presencia de Cristo en medio del mundo y buscan transformar evangélicamente las realidades temporales, especialmente la familiar, profesional y social”. Es la hora de entender que los laicos tienen una misión fundamental dentro de la vida y de la dirección del Regnum Christi, inspirados en una corresponsabilidad a la hora de vivir la misión y en su participación en las estructuras del mismo. Los laicos consagrados están llamados a crear puentes entre los diversos llamados dentro del Regnum Christi y dar el lugar que tienen los laicos.  

 

Ser puente es ser embajador de Dios en el mundo por medio de la caridad, la unidad y el diálogo. Sólo quien ama y es humilde puede ser puente. Para serlo hay que comenzar por tender puentes entre lo que soy y Dios, así como entenderme miembro de una familia espiritual que quiere amar a Dios. Ser puente implica que existen dos puntos que se unen.  

Pidamos a Dios que los laicos consagrados entendamos esta misión de ser promotores “de la comunión fraterna entre todos los miembros del Regnum Christi” (CLCRC n.5.4), “que aprecian la propia vocación y la viven con espíritu de comunión y colaboración fraterna con las demás realidades del Regnum Christi en la oración y en la acción apostólica” (CLCRC n.17).  

 

Los miembros de la Sociedad de Vida Apostólica ‘Laicos Consagrados del Regnum Christi’ aportan el don de la propia consagración laical y secular a través del testimonio profético estando en el mundo sin ser del mundo; de la evangelización de las realidades temporales; de la disponibilidad, caridad, competencia profesional y alegría en el servicio al Regnum Christi, a la Iglesia y a los hombres; de la promoción de la comunión fraterna entre todos, y de la oración. Viven el misterio de Cristo, consagrado al Padre y cercano a sus hermanos los hombres, como uno más de su Pueblo, anunciándoles el Reino con la ofrenda de su vida, su trabajo y su palabra (Estatutos de la Federación Regnum Christi n.5.2). 

 

 

IGNACIO VIVAR MATEO 

LAICO CONSAGRADO DEL REGNUM CHRISTI 

DIRECTOR LOCAL Y DIRECTOR DE JÓVENES DE BRASILIA 

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