Del 31 de octubre al 3 de noviembre se tuvo un retiro de reconciliación para laicos consagrados en Amecameca.
Lo dirigieron Susana Ayala, consagrada y el P. Galo González, L.C. El P. Brian Wilson, L.C. acompañó como capellán. Fue un retiro centrado en la Sagrada Escritura y el magisterio de la Iglesia, profundizando en aspectos de la propia identidad, y todo lo que impide vivirla en plenitud. Hubo sesiones de grupo, oración individual y varios momentos de adoración.
Guillermo Campillo: “Se despertó en mí una mayor gratitud a Dios y a tantas personas que me han acompañado en mi camino, así como una mayor confianza en el Padre que es fiel a sus promesas y siempre estará a mi lado ayudándome a ser quien realmente soy, su hijo. Sin duda creo que estos días fueron un momento para ser mucho más libre interiormente y poco a poco se ha ido renovando mi relación con el Espíritu Santo y el deseo de dejarle actuar libremente en mi vida.”
P. Galo González, L.C: Lo primero que puedo decir de este retiro de reconciliación es que me encantó la convivencia con los consagrados, el ambiente entre ellos y, el espíritu de fraternidad y servicio fue muy notorio. Nos ayudó mucho contemplar la Santísima Trinidad y recordar que nuestra identidad más profunda nace ahí, en el seno de la Trinidad: que somos hijos amados de Dios, y que pase lo que pase en nuestra vida, somos y seremos siempre de Él. El pecado y las heridas que van marcando nuestra vida no nos definen ni cambian nuestra identidad, son más bien, oportunidades para ofrecerle al Señor y dejarnos transformar por Su Espíritu. La Palabra de Dios y la oración personal nos confirmó que el único que puede hacer nuevas todas las cosas es la gracia de Dios. Y este retiro fue una experiencia muy personal de esa gracia transformadora. “El Padre quiere que tengamos vida, y que la tengamos en abundancia”.