Del 14 al 18 de septiembre se tuvo un encuentro en Roma para compartir, trabajar en conjunto y recibir formación. Las reuniones se desarrollaron en la sede del director general y participaron los directores de comunidad y el gobierno general.
Estas reuniones fueron en seguimiento de uno de los objetivos del programa de trabajo del gobierno general, que busca “formar formadores y trabajar por tener comunidades sanas”.
Guillermo Campillo, responsable de este proyecto por parte del gobierno general, trabajó en la preparación y en el desarrollo del encuentro que se desarrolló en un clima de confianza y fraternidad, con el deseo y compromiso de ejercer el servicio de autoridad del mejor modo posible, abordando diversos elementos de la vida de la Sociedad de Vida Apostólica y de sus comunidades.
Se contó con la presencia del P. Amedeo Cencini, quien celebró la Misa del primer día y habló sobre comunidades en misión; en otra de las sesiones, trató el tema de las relaciones sanas en las comunidades, siendo muy enriquecedora sobre todo desde su gran conocimiento y experiencia.
Asimismo, durante las reuniones se abordó el tema del trabajo vocacional y la importancia del compromiso y corresponsabilidad en este campo. José Mateos se conectó por internet y compartió algunas de las lecciones de un curso que él y otros consagrados tomaron sobre este tema y de las acciones que se pueden ir dando como Sociedad de Vida Apostólica, en comunidades y a nivel personal.
Uge Álvarez, consejera general de las consagradas del Regnum Christi ofreció dos ponencias, una en torno al sentido de pertenencia y otra en torno al proyecto comunitario como medio para concretar aspectos de la vida de comunidad a la realidad particular de cada una de ellas.
Otra de las ponencias estuvo a cargo de Jacinta Curran y Pía Pérez y versó sobre aspectos canónicos de la vida de comunidad y de las responsabilidades del director de comunidad. Fueron pláticas iluminadoras y enriquecedoras, en miras a vivir más plenamente diversos aspectos de la vida comunitaria.
El P. Dermot Ryan, L.C. que es el capellán de la sede del director general, celebró la Misa de esos días y acompañó la peregrinación a la Iglesia de San Sebastián, visitando también las catacumbas que se encuentran ahí.
Junto con los espacios para compartir y dialogar sobre el servicio de la autoridad, la vida de las comunidades y el acompañamiento de los miembros en su formación permanente y su entrega a la misión, también se contó con momentos de oración, particularmente con la adoración diaria antes de la cena.
«Me gusto escuchar a mis hermanos y compartir experiencias. Sin duda, mi servicio como director empieza por la escucha humilde. Es más creíble el director que reconoce sus errores en público», dijo Dermot Tennyson.
«Este encuentro fueron días para profundizar y reflexionar en temas que nos ayudan a vivir nuestra consagración a Dios en medio del mundo como laicos consagrados. Dialogar con naturalidad y confianza nos permitió darnos cuenta de los retos que hay, pero también de lo mucho que ha hecho Dios en nuestras comunidades y cómo quiere que sigamos siendo luz de su amor para la sociedad», comentó Noé Robertos.