Un grupo de 24 voluntarios emprendió un largo viaje desde México, pasando por Frankfurt y Kenia, hasta llegar al aeropuerto de Kilimanjaro en Tanzania. Desde allí, se trasladaron a Arusha, una importante ciudad tanzana, para trabajar en sus alrededores. Este viaje fue organizado por ASUA (Acción Social Universidad Anáhuac) de la Universidad Anáhuac Querétaro, un programa de compromiso social de la universidad, que realiza numerosas actividades y eventos a lo largo del año, incluyendo al menos una brigada internacional anual. La elección de Tanzania respondía a un proyecto largamente planificado, pero pospuesto por la pandemia. Además, un miembro del equipo tenía experiencia previa como voluntaria en la vecina Kenia.
Las brigadas de voluntariado en Tanzania se destacaron por su impacto social y el esfuerzo coordinado del equipo, que desde el primer día comenzó su labor en escuelas y orfanatos locales. Los voluntarios, en su mayoría mujeres jóvenes, demostraron un fuerte compromiso y una gran actitud de servicio. Muchos de ellos se inscribieron individualmente, mostrando un profundo interés en ayudar a los demás y creando un ambiente de cooperación y apoyo mutuo.
Durante las dos semanas de estancia, los voluntarios trabajaron en dos fases. La primera semana fue dedicada a mejorar las instalaciones de una escuela local, donde se pintaron las aulas y algunas voluntarias impartieron clases de refuerzo a estudiantes que se preparaban para los exámenes nacionales. Los maestros locales se mostraron agradecidos y sorprendidos por las habilidades didácticas y la dedicación del equipo de voluntarios. Por las tardes, se tenían actividades en el orfanato.
En la segunda semana, las actividades se trasladaron al orfanato, donde además de mejorar las instalaciones, los voluntarios organizaron dinámicas para los niños, incluyendo manualidades, deportes y juegos que promovieron la integración y diversión. Las tardes se llenaron de alegría y aprendizaje mutuo, tanto para los voluntarios como para los niños, quienes recibieron cariño y apoyo incondicional.
Bernardo Pérez, Laico Consagrado del Regnum Christi y uno de los voluntarios, destacó el ambiente de servicio y entrega que prevaleció en todo momento: “Fue una experiencia extraordinaria, tanto por el impacto que logramos como por el compromiso genuino de todos los que participaron”. Además, Bernardo resaltó la impecable organización de las brigadas y el esfuerzo conjunto para que cada actividad resultara en beneficio de la comunidad local.
Un aspecto adicional del viaje fue la oportunidad de conocer y convivir con la comunidad religiosa local, las “Misioneras Hermanas de la Eucaristía y Nueva Evangelización”. Se trata de una fundación reciente y que la Escuela de Fe de México ha apoyado con aspectos de formación de las religiosas, que desarrollan una relevante labor evangelizadora y social.
Las brigadas de voluntariado en Tanzania permitieron que los participantes mejoraran las condiciones de vida de la comunidad local y les brindaron una oportunidad única de crecimiento personal, cultural y espiritual. Encuentros y relaciones que iluminan el caminar de los niños y de los voluntarios.
Los dos fines de semana se pudieron tener paseos a las faldas del Kilimanjaro, a una reserva, a una zona de safari y la visita de diversas tribus para conocer su forma de vida y su cultura.
Los voluntarios regresaron a México con una experiencia transformadora que dejó huella tanto en ellos como en aquellos a quienes sirvieron. También regresaron con el compromiso de seguir apoyando de diversas formas a los niños del orfanato.